domingo, 31 de marzo de 2013

APUNTES PARA EL FUTURO CANDIDATO


Jugar al mus o al póker es fantástico; ganar, en cualquiera de ambos juegos, un sueño. La comunicación es parecida, no resulta fácil y llegar a la gente una quimera. Los medios tecnológicos han abierto puertas muy amplias por donde la información se cuela tan veloz, que son muchos los factores que han de darse para poder percibirla. Arrastran cosas sencillas o complicadas, blancas o negras, grandes o pequeñas; apenas si existe capacidad para detectarla y, menos aún, para su minucioso examen.
A mediados del dos mil once ya escribía a un candidato: “Si usted tiene deseos de ganar las próximas elecciones y está vehemente convencido de conseguirlo, ha de transmitírselo a los ciudadanos con persuasión y para ello no basta con pretenderlo, es imprescindible cimentarlo en aspectos concretos, posibles, con la certeza de que se llevarán a la practica. Los mismos, con los que tiene que estar imbuido, los sintetizo en:
-          Ocupación y subsistencia de las personas: Pleno empleo y despido libre
-          Igualdad de oportunidades para las mismas: Los tributos nos igualarán.
-          Búsqueda de su felicidad: Diferenciando su dualidad privada y pública.
-          Control y abolición de perversidades y delitos: Cuestiones relevantes al efecto
-          Organización del Sistema: Innovación del capitalismo.
Para su puesta en práctica,  no es necesario ningún cambio de la Constitución, por el momento, y como comprenderá, su desarrollo no es fácil plasmarlo en un folio, pero se pueden encontrar en los cinco grupos de medidas desarrolladas en el presente blog, si bien, me sirvo del propio sistema capitalista para innovarlo, modificarlo y regularlo; donde imperen la libertad, el respeto, el orden, sin prohibiciones que los maquillen, dentro del medio natural del que formamos parte”.
La guía es simple: Toda persona quiere y tiene que vivir lo mejor posible.
¿Qué ha de hacerse? Para averiguarlo conviene responderse a dos preguntas: ¿Cuál es nuestro origen, cuán nuestro destino? o ¿de dónde venimos, hacía dónde vamos?
Cuando lo tengamos claro, nos daremos cuenta que todo es más simple y halláremos una solución razonando la existencia del hombre. Una existencia relativamente corta, que puede discurrir como un río limpio de aguas claras, dando cabida a cada uno de nosotros, sin necesidad de tener que destruirnos o matarnos para ello. Una solución a la que se ha llegado dándola a conocer en el este blog y que la tenemos al alcance de la mano. Se puede rebatir, modificar, perfeccionar. Es una cuestión de voluntad. Desdeñar una opinión no es sino una inicua indiferencia que a nada conduce.
El PCO-Proyecto de Ciudades Ocupacionales que se plantea como innovación al sistema actual, es una alternativa para asegurar la supervivencia mediante el esfuerzo personal, la desaparición de las crisis económicas y poder alcanzar los bienes materiales y espirituales que se propongan: Cada cual tendrá lo que merezca y nadie pasará hambre.
No es cuestión de lucha de clases, ni de atesorar lo que no se puede abarcar, ni de ser el más rico del cementerio; es un proyecto de sentido común dirigido al conjunto de la sociedad, sin discriminación alguna, donde la democracia ha de imponerse con su practica ¡No depende sino de la voluntad de las personas! Es una cuestión en lo que lo publico y lo privado, los ciudadanos con más o menos fortuna, la salud y el saber, las ideas y creencias, la política y la economía convivan reduciendo las diferencias que nos separan sin que las limosnas sean imprescindibles, convencidos de que las leyes sean  ejemplo que el poder nos otorgue con su cumplimiento.
En España estamos muy hartos de tanto enfrentamiento entre lo uno y lo otro, cuando en realidad sólo hay un mismo origen y un mismo destino para todos. Una misma e innegable razón por el derecho a querer vivir lo mejor posible.

sábado, 16 de marzo de 2013

EL ESFUERZO ES NECESARIO


Cuando se ha luchado intensamente por conseguir una cosa y no se alcanza, llega un momento que la decepción es tal, que la ilusión se abandona entrando en una profunda indiferencia hasta  lograr el desinterés por algo que antes considerabas un ideal. Después, pasado mucho tiempo en  estado de inactividad, una visita, una llamada anunciando que la insistencia logró el deseo pretendido ya no importa; entonces,  comienza a preocupar la facilidad, convertida en sospecha, de haber obtenido aquello por lo que tanto luchaste. Así que, cuando el esfuerzo por lograrlo se desvanece porque ya se tiene, se envidia la pobreza ajena en la que con  anterioridad estabas sumido.
Esto viene a decir que no existe ideal alguno que justifique una redención, una muerte o una crucifixión. El ideal cambia, la conciencia, la moralidad, la identidad cambian. ¿Para qué la guerra, el martirio o la revolución? Se trata de efectos especiales que se han tensado tanto que, pasados de rosca, no se pueden detener ni siquiera intentando lo contrario.
¿Es ese el camino que ennoblece, reconforta y amasa la felicidad, sino es la felicidad misma? Es un camino de esfuerzo, originario de logros de empresas inauditas, imprescindible para que el hombre culmine su estado como tal. Sin él, no se forjará el bienestar, ni la limpia sensación de cumplir con el deber, ni siquiera la representación genética podrá manifestarse.
Es el esfuerzo, el máximo esfuerzo que se pueda, lo que el hombre siempre ha de hacer. Hay que intentar mejorar las cosas y no encerrarse en el caparazón invisible del huevo con el que nacimos; ni abandonarse en él, que nos aguarda a la hora de morir. Fuera, sin su cobijo, nos esperan cientos, miles de dificultades, que hemos de superar por nosotros mismos y eso se logra con trabajo, con tesón, con la claridad educacional recibida, sin que nada esperes o muy poco te den resuelto.
Son las riquezas materiales heredadas el infortunio causal de la razón, la debilidad de pensamiento, la nula comprensión; son hervores sin fructificar, güeros embarazos o mahonesas cortadas. Pringues que han de irse remodelando para que la persistencia o el afán  suplan la anemia de ideas que se arrastran o padecen.
Cuando una sociedad procedente de la pobreza alcanza cotas inimaginables de libertad y de bienestar se asusta, para después vanagloriarse, incluso arrogarse una representatividad que no le corresponde. Algo desmedidamente inaceptable cuando ni siquiera han levantado la patita para mear. Y en la cresta de la ola, igualmente, surfistas que en su día no han pegado un palo al agua, se vanaglorian con sus proezas. Cuando eso no se acepta, y es un caso muy común, se cae en la cuenta de que el huevo invisible, aunque exista, ha desaparecido y que las cosas no se pueden dar por hechas y hay que trabajar.
Sin esfuerzo, ni robar es productivo; lo normal es que los surfistas aprendan que no sólo en el mar se puede navegar y que las conquistas se valoran más cuanto mayor es el esfuerzo empleado en conseguirlas y éste no se genera por ociosidad, precursora de los paraísos de vagos que, sin sudar, quieren cambiarse de camiseta.

sábado, 9 de marzo de 2013

HAY SOLUCIONES,NO ES UN CUENTO


927 millones de pobres en el mundo. ¿No habrá sistema humano que eso pueda pararlo? ¿Cuánto tiempo habrá de pasar para que esto pueda evitarse? ¿Cómo no quieren ustedes que alguien no sea ante sistema?
Mientras el hambre avance, mientras eso no cambie, hay que ser anti sistema. Posiblemente, deberíamos ser anti personas dotadas de avaricia y sentir vergüenza de pertenecer a su misma especie. Posiblemente, para que la  pobreza decrezca, habrá que tender a crear una sola identidad: la anti moralidad; a base de que cada cual vaya perdiendo parte de la suya. Pasarán lustros, muchos jinetes apocalípticos y eso tal vez no llegue. Hemos de intentarlo, sin embargo, innovando el capitalismo y darnos una forma de vida que germine desde la raíz, a partir de una semilla, a nivel personal, local, regional, nacional, continental para ir cambiando el mundo.
¿Quién no ha pensado alguna vez en un reparto más justo de la riqueza? Empujemos hacía ello que, “cuando el fin es sublime, todo cuanto se sufre por conseguirlo, no lo es menos”. 
Les contaré un cuento. Erase una vez un mundo especial como una isla muy pequeña, con capacidad máxima para los cien habitantes que  vivían: 20 N, 35 M y 45 H,  agrupados en 25 familias y cada día, surgían los alimentos justos para sobrevivir. Así que nadie podía nacer sin que antes muriera alguien y, eso, hubo de regularse. Un peligro  palpable que resolvieron. Pero, si tenían alimentos para todos, ¿por qué pelearse? ¡Ah! ¡Había que encontrarlos! Y surgió la necesidad del trabajo, sin el cual no podían obtenerlos. Y las capacidades de cada uno eran distintas. Y las circunstancias también. Y se complicaron  sin ponerse de acuerdo, abusando primero  Misterios, Fabulas y Miedos; después Aguerridos, Fuertes y Temerarios. Y el mundo llamado Paraíso cambió su nombre por el de Paronamás. Algo similar a lo que pasó por aquí. Monarquías, Dictaduras y Revoluciones.  Democracia del Poder, del Comunismo, del Capitalismo.  La casuística social, política  económica era la existente, sino la misma, a la que tenemos en el nuestro planeta Tierra ¡Y en estas estamos! Allí, movieron las vasijas, mezclaron su contenido, obteniendo un coctel nocivo como el veneno puro y a punto estuvieron de morir en el intento, pero comenzaron a dejar que los efluvios gaseosos se evaporaran disipándose los productos y quedando sus esencias: lo de nadie y lo de todos. Recursos limitados para la vida, cuya tutela atañe efectuar a entes públicos y privados, regulados por seres dotados de razón en Democracia, libre y justa.
¿Les sonó el cuento? Invito a que lo resuelvan en casa, con plena conciencia, libre y justa, y nos lo cuenten. Expliquen cómo transforman el mundo Paronomás en lo que era comiendo las cien almas. Se necesita una solución armoniosa, para que cada día muera menos gente de hambre.
A través de los folios escritos en mi blog, mal o bien, he ido transmitiendo mi solución, una sola semilla, empleado tres vocablos, Honorabilidad, Transparencia y Rentabilidad, en cinco grandes grupos de medidas a realizar: La Teoría de los números primos, El apagón económico, El pleno empleo, La teoría del cuadránculo y La transición personal; perfiladas, desde la igualdad del hombre como ser humano,  las infinitas diferencias que hay que superar para adaptar las mismas, desarrollarlas y adecuarlas flexiblemente, con la condición de que apenas se noten las divergencias entre lo púbico y lo privado. Cuando se llegue, la vida del HOMBRE, tal vez, sea más aburrida sin tanta corrupción, pero siempre saldrá ganando con  la razón; garantía de que prevale en la subsistencia, la libertad y el respeto hacía una democracia participativa. En el esfuerzo que representará el camino nos encontraremos ¡Empujemos!

sábado, 2 de marzo de 2013

QUE NOS BASTE EL TRABAJO INDIVIDUAL


Los peligros mayores en la vida provienen de las economías. Desde hace tiempo me dedico a pregonarlo: Corten. Anulen gastos, generen ingresos y, sobre todo, no aumenten más pobreza. Motiven un desarrollo más justo, que garantice la igualdad de oportunidades. ¿Qué cómo se hace eso? Limiten las rentas de las personas físicas. Supriman cargos, privilegios, administraciones. Saquen de los balances los activos ajenos a la actividad y háganlos productivos. Creen la movilidad y ocupación retribuida para todos y el despido libre. Regularicen las herencias que no estimulan el desarrollo personal. Que los impuestos nos igualen. Atajen los delitos, las corrupciones, las agresiones económicas. Dejen trazas visibles en los movimientos de capitales. No primen las O.N.G., ni las fundaciones, ni la caridad, ni las subvenciones, ni las donaciones, ni los subsidios, no comercialicen con los paraísos fiscales; háganlo con la sanidad, la educación, la justicia, el orden, la dignidad. De ello hemos venido escribiendo y, ¿quién sabe? si tendremos capacidad para poder seguir haciéndolo.
Se habla de castas y grupos como personas de otra raza: políticos, ricos,  empresarios desaprensivos,  dueños del mundo, poderosos,  pobres, desahuciados. Yo intento no hacerlo siempre que puedo, considerando que todos somos personas físicas y son las circunstancias las que nos colocan en el espacio que nos corresponde en el  momento oportuno. El resto son personas jurídicas. Defiendo a las primeras; seres vivos surgidos de un misterioso huevo envuelto entre silencios: antes y después de la hora de nacer, de la hora de morir. Trato que la línea de salida sea lo más igual para todas, hasta que podamos volar desprendiéndonos del nido; algo así, como procurar la igualdad de oportunidades para todos. Y seguir con una serie de medidas flexibles que, de acuerdo con los tiempos, habrán de irse remodelando con el más puro criterio democrático, sin que las segundas, o personas jurídicas, tengan porque inclinar el resultado: algo substancial que hay que evitar. Lo importante y principal está, queramos o no, en las primeras personas,  obligadas a entendernos.
Los derechos privados o privi-legios no sólo son pasiva posesión y simple goce, sino que  representan el perfil de hasta donde puede llegar el esfuerzo de una persona física. El don generoso del destino con que todo hombre se encuentra, sin que responda a esfuerzo ninguno, son los derechos y bienes pasivos de las herencias del testador o los usufructos, donaciones o beneficios del donador. Estos representan una gran diferencia con los primeros a tener en cuenta. Las personas jurídicas no son en su mayoría unipersonales y sus activos no pertenecen a esfuerzos individuales; no tienen porque ser disfrutados por nadie en particular, sino ser explotados para un aumento justo y equilibrado de los beneficios a distribuir.
La nobleza o fama del hijo es ya puro beneficio. El hijo es conocido porque su padre logró ser famoso. Es conocido por reflejo de sus antecesores más que por méritos propios. Los chinos son más lógicos: invierten el orden de la transmisión. Y no es el padre quien ennoblece al hijo, sino al contrario, es el hijo quien magnifica a sus padres de quienes recibió su mejor herencia: los genes y el amor en los que están envueltas la educación y las costumbres.
Fundamentemos la vida en lo que se logre con el esfuerzo renunciando a las testamentarías que pertenecen a la sociedad, olvidando las herencias. Ha de bastarnos el trabajo individual y  lo conseguido, finalizándose con la muerte. Así de simple y desnudo, sin trucos ni engaños. Nada de recibir bienes, derechos u obligaciones sin esfuerzo. Somos personas físicas iguales, dotadas de voluntad  ha ejercitar tan pronto tengamos uso de razón. Lo demás es cuento.