sábado, 26 de enero de 2013

LOS POLÍTICOS 2


Los dirigentes políticos son necios o están ciegos  permitiendo que lo mejor de España, los jóvenes, emigre a enriquecer a otros países; es algo que olvidé decir en mi anterior entrada y añadiré que, aunque les importe, no les he oído lamento alguno; al contrario, lo han alabado viendo sólo oportunidad o aventura en ello. Es tan indecente su actitud, desde su atalaya confortable, sin que la crisis les afecte, que políticos de base se esconden como si fueran basura sin serlo y, además, ni entienden ni rechistan; ni siquiera se atreven a pensar en sus consecuencias. ¿Cómo ocultar lo evidente? ¡Basta de trucos!  No cabe colocar más espantajos que únicamente a la ignorancia engañan, ni enroscarse más con misivas injustificables dignas de bandidos: la posición de las piezas del ajedrez y pasado tanto tiempo ya no lo permiten. Competencia o no del Gobierno, el Estado, del que todos formamos parte, no lo puede sufrir, ni tolerar. A su costa nadie ha de “vivir por encima de sus posibilidades” y, menos aún, sanguijuelas purulentas  esquilmando la “sangre, sudor y lagrimas” del resto de ciudadanos, empleando, según leo, algunos de los conceptos  que cito, ordenados alfabéticamente.[1] 
 “El reconocimiento de un error es por sí mismo una nueva verdad y como una luz que dentro de éste se enciende... La política es una tarea difícil, ésta será la adecuada para gobernar, pero no desoyendo a los profetas…, que diría Ortega. Por ser independiente, irá a la deriva, maquinalmente, no anticipándose a lo previsto”. Yo diría por no escuchar a la opinión pública sin la cual no se puede gobernar por mucho tiempo, dado que “la forma superior de la convivencia es el dialogo en el que se discuten las razones de una idea y sin opiniones, la convivencia humana sería el caos”.
He leído también, que el Estado lo burocratiza todo, hace que todo mengue, vaya más lento, no crea riqueza, ni da sentido de rentabilidad a las cosas. Sobretodo, buscando seguridades, incluso, donde no se precisan, generando un derroche improductivo e innecesario. Del Estado como poder público no se puede prescindir por necesidad social y no se ha de permitir que ningún grupo, partido o asociación, consiga su poder. “No hay política buena, sólo cabe una política menos mala”. Por tanto, evitemos cargas nefandas e ineficaces al Estado.
El Estado que nos acoge a todos, no debe velar por nadie en especial, salvo fuerza mayor, consecuente de que el principal motor debe ser Él: Produciendo más y/o gastando menos. No aumentando fuerzas de seguridad, ni instituciones, ni funcionarios, ni políticos, ni asesores que no sean rentables. No gastando en hipotéticos medios de defensa, en entes vagos o parásitos, en organizaciones privadas, interpuestas, testaferros o con fines distintos a un bien común mayoritario. Sí en entes rentables, con balances transparentes y partidas dedicadas a la producción, objetos sociales claros  que agobien la pobreza o velen por la mayoría de sus ciudadanos. Sí a las empresas que generen beneficios, inviertan y compensen a sus propietarios y  trabajadores, limitando las rentas, las herencias, proporcionando salud y educación gratuita, el despido libre, el pleno empleo, la vivienda digna,  evitando la crisis. No a la especulación, a las prácticas oscurantistas, al logro desmedido de riquezas, a la mendicidad, a la desigualdad de derechos, a los privilegios y prebendas que no son si no estafas de un Estado partidista.
 Sí a los partidos políticos, sindicatos, derechos humanos y  esfuerzos retribuidos de los que hemos hablado y hablaremos en nuevas entradas. Nuestro blog irá dando soluciones para ello.


[1] Arrogancia y no negociación. Blanqueo de capitales. Colocaciones a dedo. Compras/ventas fraudulentas. Desahucios. Dinero negro. Economía sumergida. Escándalos financieros. Estafas. Explotación laboral. Extorsiones. Fraude de impuestos. Incrementos injustificados de riqueza. Indulto de delitos. Influencias y otras corrupciones en general. Lealtades políticas. Levantamiento de bienes. Modificación de leyes y normas por sus intereses. Pago de favores. Paraísos fiscales. Privatizaciones y pelotazos. Recalificaciones en beneficio propio. Robos y malversaciones de fondos. Saqueo de fondos públicos. Sobornos. Utilización de información privilegiada.

viernes, 18 de enero de 2013

LOS POLÍTICOS


En mis anteriores entradas, sobre el Dinero, se me olvidó señalar lo que con frecuencia coloquialmente digo: “El dinero es una mercancía vil”. Y es que, efectivamente, por él se mata, se roba, se miente, se extorsiona, se corrompe. Crea la miseria y al miserable. No hay nada peor. Sin embargo hoy nos toca hablar de LOS POLÍTICOS.
En España los dirigentes políticos investidos de toda clase de protecciones no resuelven sino en provecho propio, hasta el extremo que han logrado, con todo merecimiento, plaza fija en el  Pódium de los males que nos afligen. Son una casta de privilegiados a los que le llueven las prebendas. No se privan ni hacen ascos a nada y van a la cabeza en el número de casos de corrupción de este país; un país de mangantes donde, lógicamente, los políticos sufren el mayor número de tentaciones. Y a sabiendas, se legisló para que no ocurriera, pero el efecto ha sido el contrario. No cabe duda, que la avaricia vuelve al hombre miserable y aunque tenga para vivir con holgura, acapara para sus allegados y procura que a sus generaciones no les falte y, ello, produce los mismos efectos que el dinero.  ¿Acaso, alguien en su sano juicio, legislaría en su propia contra? Y ante ello caben varias cosas: Comenzar de nuevo. Homologar rentas. Limitar herencias. Otras, como por ejemplo, que los políticos no legislen en lo que les afecte en general, dado que,  particularmente, son empleados de empresas que reparten o no dividendos dependiendo de si ganan o no. De esas asociaciones políticas nos ocuparemos también en otra entrada.
“La obra intelectual aspira con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la de político suele, por el contrario, consistir en confundirlas más de lo que estaban. Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser imbécil: ambas en efecto, son formas de la hemiplejia moral”.
“La política vacía al hombre de soledad e intimidad, y por eso es la predicación del politicismo integral una de las técnicas que se usan para socializarlo… La política se apresura a apagar las luces para que todos los gatos resulten pardos”.
Es Ortega y Gasset que no yo, quien, en la Rebelión de las masas, escribía las frases anteriores.
No los defiendo, pero si remarcaré algo que no se debe olvidar: los políticos son unas personas más, que han tomado ese camino, tan honesto y necesario, como cualquier otro. No obstante, empleando las palabras de Ortega, “si a alguien no le interesa la verdad intelectualmente es un bárbaro” y los políticos de hoy o lo tienen todo muy claro, yendo a su apaño, o son unos necios por no aceptar ideas distintas a las suyas o gustan de “la barbarie  que es tendencia a la disociación”. “Nunca, sin embargo, se debe subestimar la capacidad de un político para el cinismo; despilfarrar le resulte más caro que poner remedio” y se meten en todos los charcos aunque no sepan de lo qué va; confían en su fácil verbo o en su larga mano. Acostumbran a la desmesura y todo les parece verosímil, haciéndolo abarcable. ¿Para qué tendrán tantos asesores? ¿Para que se meterán a gestionar o administrar sin son pregoneros? ¿Qué hará un cura en un lupanar, por ejemplo? Generalizar resulta fácil; demagogo a veces. Lo siento; que nadie se pique, pero comienzo a horrorizarme al ver otras épocas siendo asimiladas por las de ahora, tornando los azules en grises, lo publico rentable en privi-legios  o derechos privados, la verdad en mentira, para hacer lo de entonces: colocar a los suyos, culpar a o lo que molesta, elevar la ignorancia, trastocar la razón y es que el pasado no nos dirá lo que debemos de hacer, pero si lo que debemos evitar.

sábado, 12 de enero de 2013

2/2013 EL DINERO 2


Escribíamos en la anterior entrada sobre como innovar el Sistema y apuntalábamos el dinero como medio de pago al servicio de la sociedad y, por ende, en beneficio propio, que ha llegado a convertirse en un bien preciado; yo diría, excesivamente preciado. Propugnábamos hacerlo desaparecer físicamente, anulando la partida contable de Caja, merced a la tecnología y a las prácticas delictivas que con su anonimato se facilitan. Sin embargo, no debemos permitir que  factores circunstanciales esclavicen a los hombres hasta el extremo de mandarles  a la muerte, sea al patíbulo, a la hoguera o al suicido por no poder evitar el desahucio, ver a sus hijos pasar hambre o situarse en el ostracismo mendicante y sólo por el hecho de no tener  trabajo que nadie le proporciona, ni siquiera el Estado que está obligado constitucionalmente.
Lo Público ha de convertirse en empleador y regulador del mercado laboral.
Para estos casos, la Administración  no ha de recurrir a la dependencia de la Deuda sino la creación del DINERO SOCIAL. Un dinero social que servirá igualmente de instrumento de pago, específico para fines determinados y por plazos concretos. Un dinero social con una validez limitada y unas características excepcionales, que a tenor del emisor podrá o no,  descontarse,  garantizar, canjearse,  depositarse o amortizarse sin afectar  ni al déficit, ni al endeudamiento, siendo contrapartida del valor del bien o servicio tangible, producto del trabajo. Trabajo que parte podrá derivarse a empresas en apuros, temporales, de nueva creación, etc.,  a fin de dulcificar su cuenta de resultados por el bajo coste que representa mano de obra tan barata.
Con ello se lograrían varios efectos y objetivos:
        El paro se eliminará en su totalidad si así lo quiere la propia Administración.
b         El hombre no será vasallo del dinero, en todo caso del trabajo justo, que consigue.
c          El país generará confianza.
d       La prestación por desempleo desaparecerá.
e      El Dinero Social forjará actividad y sinergia social.
f)         La Administración tendrá absoluto control sobre el mismo:
1.- Aumentará el PIB en el epígrafe de Inversiones.
2.- No producirá gastos caprichosos, ni dinero sin sentido.
3.- El consumo de productos básicos notará un ligero aumento.
4.- La inflación apenas si lo notará al alza.
5.- Se utilizará para pagos de supervivencia por periodos concretos.
6.- Generará perspectivas positivas.
7.- No incrementará el déficit presupuestario salvo provisiones.
8.- No habrá razones para la desesperación, la depresión o el suicidio.
9.- Servirá de estímulo: paradigma para personas físicas y jurídicas.
Cuando el dinero físico desaparezca la recaudación de IVA aumentará y se podrán arbitrar políticas fiscales realistas. El dinero negro tendrá sus días contados y los llamados paraísos fiscales tendrán que ponerse las pilas: Se les acabará tan lucrativo negocio sin riesgo alguno. Inventarán otros instrumentos especuladores, que sólo los entendidos atrevidos se arriesgaran a jugar. El ciudadano de a pié tendrá más cuidado en sus apuestas: Las advertencias del Banco Central Europeo en todo tipo de producto como se viene haciendo en las cajetillas de tabaco, deberían ser lo suficientemente ilustrativas para tomar  una decisión acertada. Éstos no crearán dependencia, ni matarán; eso sí, pueden castigar arruinando a los avariciosos.

lunes, 7 de enero de 2013

1/2013 EL DINERO


En mi anterior entrada, entre otras cosas, decía:
-          Antes de nacer silencio, después de morir silencio: Entre el silencio la vida y la muerte.
-          Cuestionar lo que se oye, lo que nos dicen, lo que leemos: Tengamos criterio propio.
-          Lo público y lo privado pueden vivir en armonía: Ni mejor ni peor. Distinta su función.
Si esto último quedó claro y considerando que el hombre es lo verdaderamente importante, es su vida, nuestra vida, la que debe preocuparnos. Escribimos también que nuestro desarrollo se da en manada con costumbres, normas y leyes establecidas para entendernos, sin las cuales no avanzaríamos o, lo que es lo mismo, nuestra exterminación hubiera sido un hecho.
La sociedad hoy más amplia que lo ha sido nunca, es como una maraña complicada de desmadejar, sin embargo, las posibilidades  de innovar pacíficamente el  Sistema en el que vivimos es máxima, debido a los grandes avances de las tecnologías, especialmente, las de comunicación. A mi juicio, se hace necesario implantar un orden flexible y de respeto en continua remodelación, que establezca como principios la justicia independiente, la libertad individual, el reparto más equitativo de la riqueza sin sobresaltos de crisis que los alteren. No obstante, habrá siempre frentes abiertos mejorables que, por simplificar, iré citando en sus aspectos económicos, sociales, políticos que, aun relacionados entre si como si fueran cabeza, cuerpo y extremidades, el todo del ser humano, forman parte del conjunto único e inconmensurable del Universo al que pertenecemos. Pequeños universos independientes que por sí no tienen cabida, agrupándose y extendiéndose o aislándose y desapareciendo. Nuestra  tendencia para sobrevivir es la primera por lo que los firmamentos que formemos deben ir en la misma dirección para no desmembrarse y desaparecer. Ello supone buscar la equidad que nos equilibre y nos mantenga en el fiel de la balanza. La agrupación o ausencia de la riqueza en unos y en otros, producirá una distorsión peligrosa que puede conducirnos a un precipicio sin retorno. ¿Para qué poseer tanto si no tendremos tiempo de su disfrute? ¿Para qué esquilmar los recursos de la Naturaleza que nos mantiene confortablemente? ¿Para qué tener mucho dinero en el desierto si no tenemos ni una gota de agua que llevarnos a la boca? ¿Para qué seguir ahondado cada vez más en nuestras diferencias que nos apartan del logro de mantenernos en la cúspide de la evolución?
El dinero ocupa  uno de los primeros puestos en el orden de prelación económica; es el elemento principal de la economía como instrumento de cambio imprescindible para entendernos. Es el medio de pago por antonomasia que se ha trocado en un bien irrenunciable por el que nos movemos desesperadamente y sin el cual la maraña en la que nos desenvolvemos sería inexpugnable. No obstante, su fácil manejo de características anónimas da lugar a que, anónimamente también, por lograrlo, se mate, se boicotee, se coarte, se chantajee, se robe, se extorsione, se presione y obligue a cometer delitos inexpugnables, de difícil resolución. Su sustitución por otro medio de compensación será un primer paso para aunar la convivencia pacifica que posibilite las huellas o trazas con que perseguir tales delitos e irregularidades. Después vendrán nuevas medidas encaminadas al logro de los objetivos del bien común propuestos para los hombres, antes reseñados.
El dinero deberá continuar regulado por lo público manteniendo el orden flexible y de respeto propugnado al servicio social y, por consiguiente, en beneficio del hombre. Éste no puede quedar abandonado a su suerte por imperativos circunstanciales como la falta de aquél.