domingo, 31 de agosto de 2014

CUESTIÓN DE CONFIANZA



¿Son corruptos endémicos nuestros políticos, empresarios, magistrados, periodistas…? Sin dudar, he de contestar con un no rotundo. Se trata de personas, de cada uno de nosotros, no de la actividad que se desarrolla; si bien... la corrupción es solidaria y no es cosa de uno sólo.
Las profesiones, los cargos, los comerciantes son tres direcciones que siempre inspiran confianza. Sí, bien digo, confianza. Sin ella, difícilmente podrían ejercer su labor. Discurren en la nebulosa y el azar diario de la vida, confluyendo en su devenir incierto e inevitable como la enfermedad o la fortuna. Ocupaciones propicias al soborno, la malversación, el engaño…
Delinquir no es exclusivo de una función sino de la codicia, que no de la necesidad. Y la ambición es el germen poderoso y recomendado a las personas para triunfar. Un elixir que envenena, corrompe y destruye lo que todo el mundo anhela y no consigue: la felicidad. ¿Quién no ha conocido algún caso? Un directivo de la comunidad de vecinos, un cajero de banco, un vecino enchufado… El traficante, el ladrón, el mentiroso… conviven entre nosotros.
No gusta, que nadie se arrogue de nada y menos de ser patriotas, los dueños de España, los hombres de honor, que dicen creer en la justicia, sabiendo (y no hay que olvidarlo) que son unos miserables tributando en Suiza, sobornando a jueces y fiscales, camuflados en las listas de algún partido...   
¿Qué es un hombre? Es todo o nada. Posiblemente, ni lo uno ni lo otro.
Maldito el hombre que fía en hombre. El que en sí confía, yerra cada día. Confianza sin tasa, empobrecerá tu casa. Creer con ligereza, gran torpeza. Sin robar no se junta gran caudal. Sin ser ladrones, no se juntan millones… Nuestro refranero, a propósito, está lleno de poesía.
Hay quienes prefieren el capitalismo, que exprime al prójimo como a un limón, chasquea simplemente dos dedos ahuyentándoles o les da la patada dejándoles desnudos en la calle para que cimenten su libertad con tal tiranía y su pobreza; otros escogen al comunismo, que oculta, a ojos de todos, sus bajezas, encerrando a quienes cuestionan su poder para que reflexionen mientras se pudren de hambre en un calabozo. Sólo la iglesia defiende a los pobres para hacerse más rica.  Ni lo uno ni lo otro ni la fe en una religión, proclama un servidor. Deseo la libertad que respeta a los demás  y la dureza de los medios establecidos contra los delitos sin que impida lo primero, ni la fe en los compromisos de los hombres, defendida con la fuerza de su propia condición. Lo ideal sería que, más pronto que tarde, unos y otros cedan sin que la ambición de ninguno se imponga o triunfe.  El P.C.O. (Proyecto de Ciudades Ocupacionales), cuyo Sistema pueden leerlo agenciándose el libro de 5 Fórmulas para el bienestar de España de Reynaldo Tendero al comprar la novela titulada ESCAPE de Sebastián Lorca, considera las medidas y medios a instaurar sin perder de vista el fin del objetivo que se propone: la felicidad del hombre.
No es de recibo que nadie se fie de nadie. No hay nada más incierto que la voz que asegura certeza. Acredítese. O, algo debe o a algo está obligado o, tal vez, de ello se sirva para ocultos intereses. Fiarse es cobre y no fiarse es oro. No me fio ni de mi de mi padre. Y políticos, comerciantes y religiosos actúan desde la fe de ser creídos, cerniéndose su actuación en esa confianza de la que yo desdigo. ¿Qué sería de ellos si no les tuviéramos confianza? Las personas matan, roban, engañan… y, más dolorosamente, si te fías o crees en ellas. No son sus actividades direcciones a controlar, sino ellos, como si fueran verdaderos sinvergüenzas.

sábado, 23 de agosto de 2014

LOS CONTROLES EFICACES NO HAN MUERTO



“El rey se apenó de la poca honradez de la naturaleza humana y la obscura galería recibió el nombre de El Corredor de la tentación. En Persia habrían empalado a los sesenta y tres señores; en otro reino los hubieran justificado plenamente y hubiesen castigado al hombre honrado. En Serendib sólo fueron condenados a aumentar el tesoro público porque Nabussan (el rey) era muy indulgente”
Es un párrafo copiado de Zadig o El destino de Voltaire, en el que el protagonista establece sencillos medios para remediar problemas y en éste fueron 64 los candidatos a ocupar el puesto de tesorero real y sólo uno superó la prueba.
Es un pasaje sencillo que me ha hecho reflexionar. ¿En España cuántos habrían pasado la prueba? ¿Qué argumento y castigo se hubieran empleado? Y la naturaleza humana, que es muy diversa (no se trata de políticos, empresarios, religiosos o truhanes, sino de personas con posibilidades)  convierte en chorizos a las personas, responde de diferentes maneras, en virtud de sus ideas e intereses, que cada cual puede analizar. Lo que si pondero del autor es la cantidad de fórmulas que establece en su relato para mediar en los dilemas y eso es precisamente (incluso por su simpleza) por lo que lo destaco. En el PCO (Proyecto de Ciudades Ocupacionales) se ensalza estableciendo controles, remedios, soluciones o medidas para interponerse entre los delitos humanos y entre los que no son capaces de resistir la tentación, comiéndose el pastel sin dejar ni una migaja a los demás. Estamos hartos de tanto mangante, pero más aún de que su impunidad se acreciente, sin que los padres de la patria (ni de España ni de Europa) pongan coto para evitar tales ladronicios. ¿Por qué no se quita de la circulación el dinero físico? ¿Por qué no abolir los paraísos fiscales? ¿Por qué no mediar en las deudas de las naciones con los que muchos trapichean?  ¿Por qué no meter mano a la droga, trata de personas, prostitución, religiones y mangantes que se vanaglorian con la falta de castigo de la que gozan? Sencillamente porque no quieren, son  ellos mismos los protagonistas o alguien que les beneficia y eso no es cuestión de mayorías, democracias, libertades o totalitarismos: Naciones Unidas nos da ejemplo teórico de lo que en la práctica no lleva a cabo. Tantas guerras, tantos crímenes, tanta hambre, tanta corrupción y ahí siguen campando a sus anchas los tiranos, presidentes, segundones que aplauden a su jefe, instigadores a la paz con la boca abierta, mientras sus negocios se agrandan matando a inocentes. Menos hablar y más hacer, menos predicar y dar más trigo, menos engaño y más honradez.
“Gentes raras, inquietas. Nunca se conforman con su condición de pobres, como manda Alá y aconseja el Profeta” (Agustín Gómez Arcos). La ley se cambia o se hace nueva, pero nunca a  conveniencia de la gente humilde.  ¿Por qué no se modifican las herencias? ¿Por qué no fomentar estímulos no materialistas? Los muertos no vuelven a disfrutar de los bienes o derechos  que consiguieron con esfuerzo, cesión, trabajo, suerte,  rapiña, engaño o delito. La vida es corta y la codicia serviría para bien poco. La igualdad de oportunidades crecería y el valor del hombre no sería robar sino ser honrado. Sencillos métodos que el P.C.O. propone y que nadie quiere hacer caso. Está claro, que una mayoría de personas no quieren desasirse de su propia mierda. Y la dejan en su testamento para que sus herederos la tiren. Son tan ignorantes, que ven valor en lo que no lo tiene y creen que los demás verán lo mismo. Y ellos, los listos, que lo saben; potencian la ley de la codicia engañando y consagrando la propiedad privada de los muertos. ¡Pero si los muertos no existen! Robaron. Mataron. ¡Qué importa si no les pillaron y triunfaron! Lesa sociedad que ampara crímenes defendiendo su historia.

sábado, 16 de agosto de 2014

HOY HABLAMOS DE PODEMOS



Que nadie se equivoque. PODEMOS si puede gobernar España.
¿Hay alguna razón que lo impida?
Sólo depende de los votos.
Que nadie haga cuentas, ni fabule con lo que no sabe.
Que no son dioses los que nos mandan, al contrario, denigramos, despotricamos de sus malas gestiones y luego sojuzgamos a un partido que habla claro.
El Proyecto que yo defiendo es aquel que en democracia nos haga más iguales y la riqueza se reparta más equitativamente; por ello abogo a que las rentas se limiten, se establezca trabajos para todos con salarios que les permita vivir, diferenciando claramente lo público de lo privado, la persona física de la jurídica y nadie se eternice en un cargo. Y lo considero viable si no hay quien me demuestre lo contrario. A PODEMOS no pueden silenciarlo sin evidenciar con cálculos que están equivocados.
No existe una sola manera de gobernar.
¿Por qué emitir deuda en lugar de fabricar billetes?
¿Por qué los poderes son impunes en lugar de responsables?
¿Por qué no se anula el dinero físico?
¿Por qué no se tumban Los paraísos fiscales?
¿Por qué ellos son los buenos y PODEMOS los malos?
Yo no me apunto al carro de la lucha de clases y considero que todos cabemos en un Sistema abierto, flexible y dialogante, donde cada uno de nosotros tenga la misma igualdad de oportunidades.
Sí, ya sé, que no es sencillo.
¿Merecerá la pena intentarlo?
A éstos los conozco y maldicen la condición humana con sus ejemplos y falta de respeto. Soy mayor pero no me siento arrugado. Votaré por sangre nueva que me ilusione y no por la desgana que me ahonde, aún más, en la desesperanza.
Exigiré lo que exijo de todos:
Honorabilidad. Transparencia y Rentabilidad
Con menos no me conformo.
Hay quien dice que el capitalismo no se puede reformar. Que está desunido y que, además, no tiene ni organización ni estrategia. No estoy de acuerdo; pero sí en que es un movimiento a merced del poder. Por eso el poder ha de reconquistarlo el pueblo.

sábado, 9 de agosto de 2014

MARCAS A TENER EN CUENTA



En el primer mundo (llamado civilizado) se dan desigualdades tan alarmantes como en el resto de los mundos conocidos. Aparte de la riqueza, el poder y la corrupción, variadas son los signos que las distingue: religiones, armas, tratas, drogas, sexo, influencias, inutilidades, complejos, y un largo etcétera social. España es claro ejemplo. Una gran masa amorfa de existencias, que no de inteligencias, se desarrollan en su sociedad. Así concurre entre nosotros el mayor ente multinacional al que se premia condonándole impuestos, se inscribe a su favor propiedades no matriculadas en el Registro de la propiedad y se le asigna un porcentaje de los impuestos de las personas físicas a engrosar sus arcas. Con ello se amplía su autoridad, alimentando a sus bancos,  medios de comunicación, inversiones desconocidas, propiedades y bienes suntuosos y otros derechos ocultos que  posibilita a sus componentes gozar de impunidad manifiesta.
Los hay en la mayoría de países y sus militantes pasan los días jugando, sin dar golpe, para evitar la guerra. Gastan por doquier en armamento que siempre será obsoleto; para poco servirá ante las potencias que lo suministran, ni siquiera ante un posible enemigo menor, que pudiera causar conflicto de intereses, dado que su uso siempre es más costoso (en vidas humanas y bienes materiales) que el no utilizarlo y, en su caso, dejarse dominar o pagar a un tercero que defienda una posible invasión enemiga. De todo el mundo son conocidos los estados sin ejército cuya población no se siente desprotegida; al contrario, la neutralidad produce no oposición y, por tanto, inviolabilidad de sus habitantes.
Otros los constituyen parásitos que se refugian en el anonimato, en un segundo plano, en decir amén a todo lo que sus superiores digan para medrar ascendiendo o cambiando de bando, tantas veces como sea preciso a sus propósitos sin riesgos a ser descubiertos o tildados de gorrones. ¡Cuántos en el deporte, en los consejos de administración, detrás de un florero!
¿Qué decir de los complejos? Basta leer a Freud para hacerse una idea y darse cuenta. La unidad antidisturbios cuyos componentes fueron castigados en su niñez y ahora se desquitan repartiendo palos. Otros, medrosos salvadores de su culo, buscan refugio detrás de un uniforme o con su aforamiento. Se consideran superiores cuando en su casa no pasaron de ser el niño con mocos. Y, como siempre fueron relegados o los últimos, ahora se satisfacen implantando a su favor sueldos desmesurados, pensiones inalcanzables, tributos de risa y los privilegios que se les antoja. Y así, sin que Dios sepa cómo, surgen cuentas en los paraísos fiscales (sin ejército ni patria) con los dineros obtenidos al dejar a Dios en calzoncillos.
No me extenderé con más marcas, que toda España conoce. Por eso, si yo fuera Dios os diría: españoles no seáis imbéciles haciendo caso a todos aquellos, comerciantes o no, que dicen representarme  y me muestran como el elixir de la felicidad  a costa de desnudarme para hacerse inmensamente ricos. Ved lo que tienen: Dinero en sus bancos, edificios, tierras fértiles, informativos, obras de arte y demás cosas que no necesito. Actúo, como citó Don Quijote: “… y es mi oficio y ejercicio andar por el mundo enderezando tuertos y desfaciendo agravios...” lo más parecido a lo que dijera Sancho de él: “¡Oh humilde con los soberanos y arrogante con los humildes, acometedor de peligros, sufridor de afrentas, enamorado sin causa, imitador de los buenos, azote de los malos, enemigo de los ruines, en fin, caballero andante que es todo lo que decir se puede!”. El mundo está sembrado de dolor y miedo, señales de peligro con las que ciertos entes os enseñan y domestican; si podéis, no hacerles caso y confiar en lo que sólo asimilasteis con placer y recompensa, que no son sino huellas  de amor con las que alegraros.

domingo, 3 de agosto de 2014

EL P.C.O. CAMINA



No hay nada más alejado de Dios que todas las religiones habidas, que todas las religiones que hay actualmente y que todas las religiones que el futuro nos depare. Las religiones no son parte de ningún componente de la evolución natural de un Cosmos que ha proporcionado vida en La Tierra; son más bien un mecanismo de defensa,  inventado por los hombres, a fin de protegerse de su miedo atávico,  asentado en las emociones y los sentimientos, que la cultura ha comercializado como una mercancía inagotable. ¿Habrá vidas con otros mecanismos?
En su día, hoy y mañana, el placer y dolor, guías por donde nos lleva la existencia, se satisfacen calmando los miedos que los provocan. Se iniciaron con la amistad inseparable de un creador del mundo y de la vida, que por los siglos de los siglos perdurará de muy diferentes maneras y cuya evidencia o irrealidad no son susceptibles de someterse a una comprobación científica. Hay numerosas razones objetivas  para negar o afirmar la existencia de un ente creador; ninguna para que alguien (persona o institución) se arrogue su representación.
Ante tal cuestión se considera inteligente mantener una actitud pasiva, impecable y no tomar partido: que sea  la propia subjetividad la que nos guíe.  No necesitamos de brujos, gurús ni  mediadores que nos intimiden, nos  dirijan y cobren por su intervención. No paguemos más comisiones cuando podemos comunicar directamente. Dios no precisa de intermediarios. Hay que olvidarse de miedos, creencias o ritos y  dar por sentado que todo es cuestionable, pese a que existan intereses encargados para que el pánico persista.
Muchos son las culturas (la nuestra entre ellas) que nos hablan de sacrificios humanos sacralizando rituales que sirvieran para mantener las conexiones entre hombres y dioses. Hoy en día no podemos vivir sin rituales que alienten, apasionen e, incluso, por los que demos la vida. ¿Quién ignora a cantantes, deportistas, divulgadores vehementes o carismáticos políticos que son sus ídolos? No obstante, ellos no son entes o formas desconocidas, incontrolables o  excitadores del peligro; son de carne y hueso como todos y, llegado el caso, son abominados o  denostados por cualquier circunstancia. Son personas de cualquier condición, buenas y malas, que pertenecen a nuestra misma especie, capaces de amar o matar, de ilusionar o mentir a sus mismos congéneres. Ocupados en sus trabajos con los que ganarse la vida.
Han pasado millones de años y el hombre está encumbrado en el cenit de la evolución. Nadie puede negarlo. ¡Faltaría más! Pero aisladamente, aun siendo ser de manada, necesita sentirse superior a los demás, por encima del bien y del mal, atrincherándose con prebendas y beneficios exclusivos. Y surgen los poderes absolutos tanto divinos como humanos. Los que proporcionan la fuerza, la riqueza o la estrategia. Y los sistemas sociales van emergiendo ante una ingente población. Sistemas donde la económica y la política se vinculan sin ceder más espacio al sentido común del que ellos considerar preciso, olvidándose de la espontaneidad. Un sistema liberal o privado que se transforma en un imperioso capitalismo, adueñado por el anonimato de unos mercados salvajes y especuladores, que propician el distanciamiento de las personas: los pobres y los ricos. Un sistema comunista que dice velar por el hombre y se aparta de la democracia, la libertad y reparte miseria para todos, basado en que la propiedad le corresponda al Estado que a nadie representa, salvo a sus dirigentes. Ambos, privatizan beneficios y socializan pérdidas o al revés, respectivamente. La intuición me dice que la flexibilidad del P.C.O. (Proyecto de Ciudades Ocupacionales) que vengo divulgando podrá llevarnos a un buen  término medio con Honorabilidad, Transparencia y Rentabilidad.