domingo, 28 de septiembre de 2014

SI DE MI DEPENDIERA...(1)



Si de mi decisión dependiera, en primer lugar, daría a conocer, con la mejor pedagogía posible, el modelo social a establecer. Un modelo sintetizado en 5 Fórmulas a fin de conseguir:
La búsqueda de la felicidad personal mediante la libertad individual, la distribución más justa de la riqueza y la igualdad de oportunidades principalmente, de las que, semana tras semana, nos venimos ocupando en este blog y de las que no nos cansaremos de hablar.
Como primera medida, anunciaría la fecha en la cual el dinero físico se anularía, dando lugar al afloramiento del dinero negro, y el pleno empleo tendría lugar. Hasta esa fecha, por tanto, tendría que adaptar las coberturas para ello, entre otras, ordenando la creación de  un sistema de pagos y cobros al banco nacional para la totalidad de los habitantes y usuarios, de forma gratuita. Toda persona residente tendría la obligación de abrir cuentas bancarias donde abonar sus nóminas e ingresos y cargar sus gastos e inversiones; donde se vean reflejados todos sus movimientos económicos como se ve una radiografía del cuerpo y la huella de un posible delito quede revelada. En esa fecha, además, estarían habilitados los lugares donde todos los desocupados tendrían que fichar diariamente (en empresas, organismos, recintos cerrados o abiertos, etcétera) para ocuparse de la labor que se le encomiende y poder percibir un salario de subsistencia. Una fecha en la que se acabaría con un alto porcentaje del desempleo, desenmascarando a:
 
L                a)  Los que se aprovechan de prestaciones sociales del paro estando trabajando.
        b) A la totalidad del empleo esclavo utilizado por los empresarios tiranos,que saldrían a la luz o desaparecerían.
         c) A los inmigrantes indefensos y sin papeles, que tendrían que abrirse una cuenta bancaria y no podrían sin antes quedar regularizada su situación.
           d) Las irregularidades laborales consentidas, al convertirse el Estado en la mayor empresa reguladora del empleo.
           e)  Delincuentes, estafadores, logreros, etcétera.
La Deuda o el Dinero social se incrementarían durante unos meses (tiempo suficiente que permitiría comprobar su desenvolvimiento) por los desembolsos producidos, hasta que un resto de medidas lo palie; si bien, aumentaría de inmediato el incremento del consumo interno y, por consiguiente, la recaudación impositiva. Tal vez, se originaría una convulsión social de desconcierto, inventada por fuertes  intereses contrarios a la ejecución de tal medida, pero se ha de contrarrestar de antemano, explicando bien las cosas, tal como son, de manera lógica y convincente, que anule a los afectados impedirlas. Y es más, la Administración tendrá que estar preparada para implementar rápidamente el resto de medidas: Potenciar las empresas facilitando el despido libre y decidiendo, ellas mismas, sus costos laborales, así como los impuestos y las desgravaciones por inversiones u otros conceptos. Regular las rentas y las herencias. Los salarios, los cargos y las prebendas. Controlar los delitos. Un amplio abanico de medidas que han de ponerse en marcha de manera coordinada y decidida, por un grupo de personas adiestradas y convencidas de la bondad del Proyecto, que dirigirían y ejecutarían. De tales cuestiones les hablaremos en las próximas entradas. Entretanto, lean la novela ESCAPE, que ya está a la venta en las librerías, y se alegrarán de haberlo hecho. Y no duden emitir sus comentarios, preguntas o críticas que serán respondidas.

domingo, 21 de septiembre de 2014

LA ENCÍCLICA Y EL NIÑO



“La mayoría de los trabajadores,  los hombres de la ínfima clase social, se revuelcan indignamente en una miserable y calamitosa situación; pues perdidos en el pasado siglo de los antiguos gremios de obreros sin ser sustituidos por nada, y al haberse apartado las naciones y las leyes civiles de la religión de nuestros padres, poco a poco ha sucedido que los obreros se han encontrado entregados, solos e indefensos, a la inhumanidad de sus patronos y a la desesperada codicia de los competidores. A aumentar el mal vino voraz la usura, la cual, más de una vez condenada por sentencia de la Iglesia, sigue siendo, bajo diversas formas, la miseria… ejercida por hombres avaros y codiciosos. Júntese a esto, que los contratos de las obras y el comercio de todas las cosas está casi todo en manos de unos pocos, de tal suerte que unos cuantos… opulentos y riquísimos están sobre los hombros de la inmemorable multitud de proletarios… casi esclavos”. (15/05/1981 León XIII: Encíclica Rerun Novarum).
Los patronos eran libres para fijar las condiciones, pero el obrero no lo era para aceptarlas, porque si él no aceptaba, otro vendría que lo hiciera y, por tanto, no tenía más remedio que ceder y tomar el trabajo en las condiciones que se le ofrecían o morir de hambre. Así surgió la tesis marxista, sosteniendo dos teorías muy asequibles para el obrero en la situación de miseria moral y económica en la que se encontraba. Por una parte, decía: “los hombres sólo se mueven por fines económicos, por razones económicas; es la riqueza o la pobreza lo que cuenta”. De otra parte: “vuestra debilidad obreros nace de vuestra desunión, de vuestro abandono e indefensión; si os unís, si formáis un solo bloque, seréis fuertes y poderosos y podréis imponer a la clase explotadora, a la clase burguesa, vuestras condiciones”. La doctrina capitalista se imponía y era todo lo contrario a la marxista, a la que con sus famosa frase “Proletarios de todos los países uníos”, dicha por Carlos Marx, produjo el movimiento revolucionario cuya manifestación histórica más expresiva fue el Manifiesto Comunista de 1848.
Cien años después nacería quien les habla, domesticado en la fe católica, apostólica y romana y en el espíritu nacional del régimen de Franco. De joven, en 1963, escribía: “El capitalismo era quien recibía los beneficios. Era, ¿pero, sigue siendo? Concebida la idea para montar una fábrica, un negocio y continuarlo, hay que contar con un capital, unos técnicos que lo dirijan y unos obreros que lo ejecuten. De ninguno se puede prescindir y, consecuentemente, las doctrinas marxista y  capitalista son irrefutables, no las hemos de admitir e, incluso, no sería descabellado considerarlas ilegales. Los intereses y los beneficios de las empresas han de ser comunes a todos y distribuidos entre ellos”.  En su redacción argumentaba como conclusión: “En realidad, esto no ha de preocuparnos demasiado. Veréis: He oído  comentar, a modo de crítica, la frasecita de: “Fíjate aquel tan vago y tan golfo y que vida se pega. Yo, sin embargo, matándome a trabajar, estoy en la miseria. A eso no hay derecho. Aquí no hay justicia”. Para mis adentros, le ha dado la razón e, incluso, puede, que se lo haya ratificado manifestándole: “Estás en lo cierto o tienes razón. Muchísima razón”. Pero, pensando después, caí en la cuenta, que es verdad, que aquí no hay justicia; que Dios no sería justo si no hubiese hecho nada más que esta vida. Pero como es bueno, ha creado otra Vida donde impera la justicia y no existe la maldad; donde los ricos no entrarán, salvo que, aquí en la tierra, sean justos, pagando salarios adecuados y repartiendo equitativamente, entre todos, los beneficios. Por eso, los obreros no hemos de preocuparnos demasiado”.
Hoy la ingenuidad de su lectura le conmovió y más conociendo al hombre que siendo niño lo escribió. Hace tiempo que cambió de opinión y no cree en otra Vida, ni aún menos en como las religiones la pintan; si bien, confía que se cumpla la afirmación de que no hay efecto sin causa. No obstante, sigue siendo fiel a la idea  de que ni el comunismo ni el capitalismo son la solución para la ineludible socialización del hombre. Por eso de la inquietante novela  titulada ESCAPE, escrita por Sebastián Lorca, extrajo material para publicar el librito 5 FÓRMULAS PARA EL BIENESTAR DE ESPAÑA, un compendio razonado, que servirá para cambiar el mundo si unos y otros ceden hasta lograr el acuerdo. Así se moverá el hombre, principal protagonista social, en pro de valores distintos a los de la riqueza y los del poder en los que actualmente atrapado, sin visos de que desaparezca su avaricia.

sábado, 13 de septiembre de 2014

¿POR QUÉ NO...?

Arrepentimientos antes de morir.
¡Ojala:
a)      Hubiese tenido coraje para vivir una vida auténtica por mí mismo.
b)      No hubiese trabajado tanto.
c)       Me hubiese gustado expresar mis sentimientos.
d)      No hubiera dejado de mantener el contacto con mis amigos.
e)      Hubiera deseado permitirme ser más feliz!
Copié tal texto de alguna lectura que no recuerdo y se lo traslado a ustedes.
Si tuviéramos presente, a cada instante, la idea de la muerte, las cosas cambiarían. Pero ello es imposible. ¿Lo es también, que los hombres no nos pongamos de acuerdo? Cierto es que vamos a morir y estamos consiguiendo retrasar la llegada de la Parca mientras nos encontramos mejor. Poco a poco, cediendo entre sí, lograremos lo segundo y el tiempo que vivamos se hará más placentero, sin depender de esa misteriosa señora que a muchos aterra.
Dos fuerzas económicas e ideológicas son las dominantes, el Capitalismo y el Comunismo. Olvidemos en cuál de las dos nos encontramos. Lo que importa es vivir mejor y para ello debemos sincerarnos, al menos, con nosotros mismos. ¿Qué nos gustaría hacer?
El nacimiento es clave. La muerte lo borra todo. A veces, hay un intermedio, largo, pequeño o permanente, en el que no nos hubiera gustado haber nacido o preferiríamos estar muertos. ¡Qué contrariedad!  ¿No es lo mismo? El deseo persiste pese a la condición social o a lo que se posea. Es inaudito que siempre pida el corazón lo que carece.
Lo pensé mucho y me empeñé en trasmitirles mi conclusión. ¡Escribir un librito con idea de cambiar el mundo! ¿Cambiar el mundo? ¿Cuántos dioses, guerreros, profetas, sabios, filósofos, dictadores… lo han intentado? El mundo no cambia, evoluciona. Igual que los genes no mutan sino que se representan de forma diferente, a fuego lento como se cuece un condimento. Sólo un cataclismo, una radiación nuclear o algo muy gordo lo pueden modificar de manera radical. Además, el cambio no se impone por la cruz o por la espada, por la violencia o con la sangre,  sino que se admite y surge espontáneo por la costumbre de la gente pacífica y consecuente. Sin embargo, el poder irrazonable de la codicia lo tuerce, como si fuera ley de venganza, que la economía asiste. Y sí, efectivamente, una gran mayoría de personas son arrastradas por esa avaricia, que jamás les hará sentirse bien, ni harán lo que les hubiera gustado hacer, ni serán lo que hubieran deseado ser y, para colmo, tendrán sobre sus cabezas las maldiciones (sino el filo de la guillotina) de tantos y tantos hombres a los que perjudican.
¡Piénselo! Siempre nos queda tiempo; aunque, para cuando queramos darnos cuenta, ya no seremos los mismos. Cada uno de nosotros un gramito de sinergia podemos aportar; seguro, que futuras generaciones, nos lo agradecerán ¡Pocos son los que actuar quieren siendo siniestros tiranos!

Mi aportación, por ahora, es el librito que les cité: 5 FÓRMULAS PARA EL BIENESTAR DE ESPAÑA. Se regala comprando la inquietante novela de ficción llamada ESCAPE. Les animo a que la lean para que puedan recomendársela a sus amigos.Hasta la próxima semana.

sábado, 6 de septiembre de 2014

LA DESHUMANIZACIÓN DEL CAPITALISMO



Copié y pegué de algún periódico el artículo que a continuación transcribo. Omití autor, fecha, medio y ni siquiera estoy seguro de que el título fuera el mismo con el que lo encabezo. Pido disculpas por tantos errores cometidos, pero creo que merece la pena leerlo. El texto dice:
“Cuando niños de 8 años son enviados a consultas psicológicas porque tienen complejos y depresión, algo muy jodido está pasando.
Cuando el programa de TV más visto por los niños es el Sálvame Deluxe, deberían saltar todas las alarmas.
Cuando a millones de personas les importa un comino que el mundo entero se vaya a la cloaca y cada día muchos se suiciden, deberíamos sentir ASCO.
Pero no solo sentir, hay que PENSAR de donde viene toda esta deshumanización.
En una sociedad capitalista, ¿por qué nos sorprendemos cuando la gente decente contempla con repulsión lo podrido que está todo? Que nos sorprenda indica que seguimos sin saber lo que es el sistema capitalista. Un sistema hecho para robar y explotar. En el capitalismo, todos somos una mercancía que ha de ponerse en venta para sobrevivir, cada persona vende su fuerza de trabajo al empresario.
Las empresas que funcionan antisocialmente (la inmensa mayoría) tienden a psicopatizar a sus empleados; hay quienes no se adaptan y se deprimen, hay quienes son lúcidos y tienen valores e intentan sobrevivir sin perder su dignidad, hay quienes pierden completamente la dignidad, se psicopatizan y se convierten en personas antisociales.
Caso aparte merecen las enfermedades mentales creadas por este inhumano sistema de vida. La más común es el estrés crónico, riesgo de salud gravísimo, que puede acabar en depresión y que puede cambiar la personalidad de un individuo y volverlo antisocial.
Bajemos al metro, ese transporte de ratas donde se puede ver a la gente sumida en sus propios pensamientos, sin la máscara. Rostros sin vida, frustrados, tristes, alienados, contando hasta que el dolor pase. La teoría de que “si me hago frío y no siento nada así no sufro”, y cada día se convierte en una nueva claudicación de cada ser humano de sus facultades humanas y niñas ajadas con solo 18 años, que no se acuerdan de lo que hicieron la noche anterior, ni con quien se acostaron. Millones de jóvenes se aburren enormemente, porque no tienen inquietudes, no aprecian la música, la literatura, el arte, nada, están vacíos y ancianos, y su única salida es drogas y alcohol, y sexo los afortunados en el mercado de carne. Pero no como fuente de diversión lúcida, empatía, o conocimiento, sino como triste evasión del dolor.
Faulkner dijo, “entre el dolor y la nada, elijo el DOLOR”.
¿Pero cuantos elijen la nada?, ¿Cuántos sudan e hiperoxigenan cuando se les hace pensar, cuando se les muestra su realidad en el espejo, cuantos huyen sin mirar atrás?
El mayor miedo del ser humano es mirar la realidad a los ojos, y sobre todo ponerse a sí mismos frente al espejo de la verdad.
Y somos duros por fuera, como feos monos acuclillados en nuestra indiferencia, pero blandos por dentro, sin voluntad. Decía Cervantes, “antes prefiero la tristeza en mi rostro que la mancha en mi corazón”.
Y nos han ido moldeando así, porque el capitalismo no es torpe e incompetente como la izquierda, y el ser humano es la materia más maleable de la naturaleza.
Jamás un psicópata entenderá lo que es un ser humano, su belleza y grandeza; sin embargo, es el más hábil para saber cómo quebrar a un ser humano y convertirlo en un dócil esclavo, en ello invierten miles de millones de dólares para investigación e implementación.
Y así como el mayor don del diablo fue hacernos creer que no existía, el mayor don del capitalismo es hacernos creer que vivimos en libertad. Pero la única libertad que existe es el conocimiento, el pensamiento superior y el poder ser dueño de tu pensamiento y de tus actos en un medio donde tus derechos estén cubiertos. El conocimiento emancipador se nos oculta, el pensamiento superior se nos amputa en el sistema educativo y mediático, y en el trabajo se nos explota.
Da igual que estemos hablando con un doctorado, la mayoría de la gente no sabe pensar; o no es capaz de trascender los límites que el sistema ha colocado como gruesos barrotes en sus esquemas cognitivos.
Poca gente se da cuenta de que vivimos bajo un imperio y un mantra de pensamiento único falsamente adornado de pluralidad.
Es solo en los márgenes donde se cultiva el pensamiento y donde se leen a los escritores no vendidos al capital o no controlados por la ideología del capital.
Pero volvamos a cómo quebraron nuestra fortaleza: Lo hicieron alejándonos de nuestros semejantes, rompiendo primero las gens de las primitivas tribus, después rompiendo el trabajo colectivo, y por último rompiendo la unidad familiar. Millones de seres humanos vagan sin vínculos y sin raíces, y lo peor de todo, sin valores humanos. Individuos aislados son fáciles de manejar. La única fuerza de un trabajador es la organización colectiva, es decir, los sindicatos verdaderamente obreros.
Y uno ya se asusta cuando escucha decir “la educación no es importante”, “las ideologías habría que abolirlas”… Ideas que no salen por generación espontánea, que son cultivadas en el caldo mediático, ONGs, movimientos sociales, etc. Y no nos damos cuenta de que repetir ese mantra es aniquilar el producto de la inteligencia y los valores humanos: la educación, la cultura, las ideas estructuradas en ideologías.
Tal como decía el gran Leopoldo María Panero en una entrevista con Sanchez Dragó, con parecidas palabras, “el capitalismo tiende a uniformizar a todos los individuos, de aquí a poco tiempo ya no habrá genios de personalidad genuina”. Las nuevas ciudades se construyen todas igual, sin identidad, el nuevo PAU de Vallecas es idéntico al nuevo PAU de Río de Janeiro.
Y es evidente, la decadencia en la filosofía, en la política, en las artes, en la música… Pero volvemos a lo mismo, ya no se trata de obras de arte sino de mercancías. Es difícil, por tanto, que no se degenere nuestra cultura. La uniformización de la diversidad cultural se disfraza de cosmopolitismo, generalmente de folklore basura, o de cultura pasada por la domesticación comercial.
Bukowski también lo dijo, “ya no va a haber más genios, yo soy el último”.
Hace poco caminaba con una chica por una calle de Malasaña, ella saludó a otro hombre, por el gesto pensé que aquel tipo debía no ser más que un conocido de vista, ni se pararon a hablar. Resultó que el tipo era su más reciente pareja sexual. ¿No nos indica este hecho lo muertos que estamos?
Pero la sabiduría acumulada de siglos y la psicología científica nos indican que el ser humano necesita vínculos afectivos, necesita relaciones sanas, de confianza, de sinceridad. Pero las parejas fallan, los amigos fallan, parece que lo único que no falla son las madres.
Pero, ¿la gente sería tan infame si viviesen bien, si su vida tuviera un sentido que no fuera el de matarse a trabajar para que un tipo se compre 30 palacios y una isla con su propia flota militar?
Antes, cuando algo se rompía en una relación humana, se hacía por arreglarlo, ahora simplemente se desecha.
Y no nos engañemos, cuanto más grandes y groseras risotadas soltamos en el bar o en la oficina, más ocultamos nuestro vacío, nuestra infelicidad y frustración.
Tal es la frustración que no dejamos de observar cómo, en esos eventos deportivos señalados; la gente, no necesariamente hooligans, estalla en una catarsis de violencia colectiva, revientan mobiliario urbano, se pegan con los demás, con la policía, etc.
Es evidente que la gente no está bien y parece que para muchas personas, el único modo de sublimarse y ser libres por unas horas es pegarse de hostias con lo que sea.
Cuando el marido llega a casa arrodillado es la mujer la que se arrodilla y el marido se levanta.
Y esos hombres de negocios, de éxito según los deshumanizantes valores del sistema, también se arrodillan, también se vejan, porque en una sociedad jerárquica basada en la competición salvaje siempre hay alguien más arriba que exige se le besen los pies. Y siempre hay un alienado dispuesto a arrodillarse para tener más “éxito social”.
Los que no aceptan esta estupidez tienen que ser muy fuertes para que la presión social y mediática no les afecte, y pueden deprimirse si no encuentran su lugar en el mundo.
Si el lector aún no sabe de dónde viene todo esto, que abra los ojos a su alrededor, ¿qué nos están dando en la televisión?: programas, series, realitys, películas, donde el ser humano es tratado como un trozo de carne, vago, degenerado y maloliente. Y mal que nos pese, la televisión está por encima de la realidad, y moldea la realidad, nuestros pensamientos y creencias sobre absolutamente todo. “Sin tetas no hay paraíso”, “nadie tiene sueños eróticos con alguien muy simpático”, “física y química”, y un bombardeo infinito y constante de basura. Cuestionen la ideología que reciben sus hijos viendo películas de Julia Roberts.
La televisión es el único servicio privado que se ofrece gratuitamente. Hasta Zapatero implementó un servicio gratuito para que todos los viejos hicieran el cambio rápida y eficazmente a la TDT.
Y en estas estamos y en estas seguiremos, hasta que la gente no se interese por aprender lo que más afecta a sus vidas; tanto individuales, como a la humanidad como colectivo. Hasta que la gente no acepte esta triste realidad, que por incómoda, se lleva a lo más profundo del trastero de nuestro cerebro. Es el futuro del ser humano como especie lo que está en juego. Den ustedes un sentido a su vida por lo que merezca la pena vivir y morir.
En las antiguas gens no existía seguridad social, ni policía, ni jueces. Todo el mundo estaba unido y se ayudaba mutuamente. No podemos volver materialmente a eso, ni debemos, pero la evolución continúa. Quien nos diga que el ser humano acaba aquí, encerrarlo en un manicomio. Quien nos diga que el hombre es malo por naturaleza, encerrarlo en una celda. Quien nos ladre, ponerle un bozal y una correa y pasearlo en las ferias públicas”.
Agradecería que, si alguien lo sabe, me facilitara la información de la que digo carecer al principio. Muchas gracias.