domingo, 29 de enero de 2017

HECHOS SON LOS QUE CUENTAN


-          Mira. Ahí fuera está el mundo.

Coches circulando de un sitio para otro con destinos desconocidos. Gente caminando arrebujadas en sus abrigos. Nubes ocultando el sol y cortantes vientos fríos. Todo parece caótico, sin sentido, burbujeando como  agua hirviendo que cuece un alimento. Puedo tirarme horas contemplando el mundo a través de los ventanales de mi casa donde permanezco estable, con la soledad de mis pensamientos, pero ajeno a los hechos que son lo importante.

Veo el mundo, pues, pasar por mi retina, pero no participo de él. Desde la impunidad que me proporciona mi ordenador, escribo aportando ideas, reclamando comportamientos y, tal vez, hiriendo susceptibilidades pese a que no sea esta mi intención. Ellos, mis iguales, luchan fuera, trabajan, estudian, no están quietos como animales en la selva tratando de subsistir. Observo con deleite las vidas que me imagino actúan como yo lo hice cuando estaba en activo. Ni me emocionan ni me embelesan, mantengo viva la pasión por el futuro que nos aguarda, pero ya sin inquietud  ni prisas, convencido que nunca sabremos de dónde venimos ni a dónde vamos.

Algo tan simple crepita dentro de mí, si bien, renuncio a ser pasto de palabras incoherentes como aquellas que se esconden en el misterio de lo indefinido, lo perpetuo, lo infinito, lo inconmensurable, el todo o la nada. Veo una leve chispa prender en las pajas y el papel, dispuestos al efecto, provocando la llama con la que comienza el fuego que quemará leños y demás consumibles con que calentarme. Su calor durará un tiempo, pero no será eterno y, finalmente, desaparecerá la flama palpitante, la fuerza de la ignición que llenó el lar de pavesas dando comienzo la calma de una lumbre firme y confortable que acabará, como todo acaba, en el silencio de la obscuridad abrazado a la fría y cruda soledad, reducido a un cúmulo de cenizas. Un destino inexorable, conocido, olvidado y heredero de vidas complejas, curtidas por errores y caídas, el azar y la ignorancia que se resistirán por los siglos de los siglos.   

-          El mundo está ahí. ¿Fuera de nuestro alcance?

Mi vista alcanza muy poco, pero mi imaginación es inconmensurable. Renuncio a ambas. Ambas me engañan. Y más, cuando estuve inmerso en la acción empapado hasta las cejas por los entresijos de mis problemas. Son los hechos los que cuentan, los que dignifican, los que estimulan y nos sirven de ejemplo. Ahora estoy aquí, en mi ventana, viendo mi mundo pasar. Pero no puedo, pese a todo, estarme quieto. Por ello renuncio también a mi quietud y deseo estar en la brecha: contando historias, evocando ideas, acomodándome en el anonimato y creyendo ver el mundo pasar, cuando soy yo el que pasa. Aplico, a veces, mi experiencia sin clamar al insensato pronto que me provoca la contestación y la venganza, la revolución y la lucha, convencido de que no hay efecto sin causa y que “a cada guarro le llega su san Martín”. Sin embargo, espero que mi granito de arena pueda contribuir a mantener la libertad del individuo, desde la cual exijo Honestidad, Transparencia y Rentabilidad en cada una de las acciones que realice. Más aún: entiéndase, estemos convencidos, que lo público es de todos y sus guardianes nuestros empleados a los que hay que vigilar como si fueran unos bandidos, dado que de ellos depende el bienestar común.

-          El mundo no cambia y la corrupción lo destruye. A ésta me opongo y la maldigo. Así como a quienes la permiten y justifican diciendo no saber nada de nada. ¡Miserables! En aras al respeto que todos, incluso los intolerantes, nos merecemos, cedo mi paz.

Seguramente el destino quiera imitar esa suprema esencia que todo lo envuelve y lo hace misterioso. Sin embargo, no hay hombre cuerdo que limite su existencia a la inercia de aceptar, sin más,  lo que le venga. Ni alguien que, por considerar que su destino está escrito, lamente un engaño, un suceso, desgracia o tortura sin una reacción. El hombre se revela, inventa, imita… dando o tratando de dar esquinazo a esa vida que marca el camino de su muerte. Alarga su llegada, armoniza su venida, espera prolongarse felizmente sin resignarse al final que le aguarda. Mientras tanto, se olvida por completo de aspectos filosóficos que  entretienen y enredan los propósitos de la una única idea original por la que fue creado: sentir el placer de aparearse imprescindible para seguir siendo, para crear más vida y no matar el deseo de engendrar.

Tal mecanismo de gratificación, no es más que un fiel  servidor del impulso más potente de la Naturaleza que, instintivamente, trasgrede religiones, culturas, civilizaciones, desde el principio de los tiempos, tan sólo con agitar su mente, esa criatura rara y caprichosa,  dejándola que se  distraiga y divague entre el apego y la aversión. Y con tal labor, técnica e  inventiva del ser humano, éste andará junto al carro al que está asido, rodando y rodando. Y  algunos hombres subirán por el estribo, otros le adelantarán o quedarán rezagados, otros se guarecerán entre las ruedas de las inclemencias, hasta que, finalmente, se detenga. Y con él, se parará el hombre también.

Entre tanto… la inercia, que lastra el devenir de las gentes y las cosas, continuará moviendo el mundo y yo, dejando pasar la vida sin hacer nada, inmutable, desde mi ventana.

lunes, 23 de enero de 2017

CREAR DE ABAJO ARRIBA


El axioma de que las cosas perduran se da cuando éstas, independiente de cómo o de quién parta su iniciativa, son aceptadas por la mayor parte de la población, hasta el extremo de considerarlas suyas. Excepción a la regla expuesta se puede considerar la obligación que la madre impone a su hijo menor de edad por razones muy diversas, especialmente, por la falta de experiencia.

Nuestros políticos (y más si tienen mayoría) ignoran tal axioma y tratan de establecer sus ideas a costa de lo que sea. De ninguna manera podemos disculparlos si el proyecto es burdo, tendencioso o simplemente irrealizable y, por supuesto, ha de ser objeto de castigo si lo llevan a término. Y, al revés, si honradamente piensan que es lo mejor para la gente y dan razones claras para emprenderlo, pues a casi todos nos pasa que, pensando nos asiste la razón, actuamos con cualquier cuestión o propuesta, tratando de imponer nuestros criterios.

Sigo pensando que se sabe y, seguro, que estaríamos de acuerdo, en lo que es mejor para la gente, pero discrepamos en la forma de hacerlo. Por ello, continúo escribiendo que, fijado lo primero, un grupo de hombres sabios (madres incluidas) deberían reunirse y confeccionar el plan más apropiado para llegar al objetivo de bienestar que se quiere. Una vez superadas las dificultades de consensos, las diversas posibilidades, los grupos de presión… y ultimado el texto, entrarían en liza los políticos, las asociaciones, todos cuantos estuvieran dispuestos en llevarlo a término, haciendo campaña expandiendo sus ideas de cómo, cuándo y por dónde caminar para ir realizando el plan preconcebido y convertirse en Gobierno. Y surgirían líderes y grupos de animadores, responsables de sus actuaciones y bien pagados con los impuestos, para ser elegidos con el voto popular. Mientras eso o algo parecido llega, tratando de remediar males importantes (paro,  pobreza, desigualdad) persisto en aportar alguna sugerencia, desde los elementales principios de Honorabilidad, Trasparencia y Rentabilidad:

De abajo a arriba, desde cada uno de los ayuntamientos, desde el nivel político más próximo a la gente, hay que olvidarse de obras faraónicas e inservibles y dedicar dinero y esfuerzos para el bien general del pueblo:

Ocupando a los parados. Un trabajo remunerado (del que hemos escrito hasta la saciedad en este blog) que “les proporcione medio pan y un libro para alimentar a cuerpo y espíritu”. Que se sepa que lo que no cuesta no se valora y por tanto nada ha de regalarse. Una renta básica que ha de ganarse (si se quiere) trabajando en pro de dependientes, minusválidos, obras prácticas, sociales…

Optimizando recursos. Creando bienestar al pueblo mediante el aprovechamiento y transformación de las energías limpias como el sol, el aire, el medio ambiente… Posiblemente se puedan montar paneles solares con los que abaratar o  anular el coste de la luz de las calles y plazas, de los organismos y dependencias públicas, de las fiestas de las ciudades. Molinos de viento o saltos de agua, pozos, depuradoras, jardines… que autoabastezcan las necesidades de la localidad. Crear el dinero social ante emergencias sociales por las que el propio municipio, a través del ayuntamiento u oficinas al respecto, además de convertirse en el regulador del mercado laboral, antes apuntado, se convierta en banco de emitir dinero y, como tal, preste (que no regale) dicho dinero social para determinados fines, condiciones y plazos. Crear muchas más cosas para las que habrá voluntarios deseosos de abolir el paro, los abusos comerciales, la caridad de pedir limosna, a los políticos compulsivos, cínicos y mentirosos.     

sábado, 14 de enero de 2017

UN PLAN PARA 2017


Hombres de toda condición. Basta ya de partidismos. Juntémonos a debatir.

La idea consiste en elaborar un plan de actuación viable para todos. No importa cómo, ni quién lo haga, lo que verdaderamente importa es que no sea perjudicial para nadie o para los menos hombres posibles y provechoso para la mayoría. Nada de imposiciones, nada de condición sine qua nom, todo deberá ser consensuado y analizado con sus pros y contras.

Olvidémonos de buscar culpables. No nos arroguemos méritos, ni echemos a los perros los despojos. Busquemos los puntos de encuentro y elaboremos un marco de partida desde el cual podamos otear el horizonte inalcanzable hacía el cual nos dirigimos.

Hay que perseguir al hombre y a su entorno como si fuera un canalla, desde el momento que llega al cargo político o a la función pública y puede decidir sobre las vidas y las fortunas de muchos de sus semejantes. Una dolorosa medida para todos aquellos que tienen vocación de servicio hacía sus congéneres y desean que la independencia de sus actuaciones ni afecte ni condicione intereses partidistas, personales o sectarios. Será un alto coste a soportar por el interesado que, sin embargo, lo liberarán, en todo momento, de sospechas, infundios o calumnias.

Cuando Reynaldo Tendero escribió 5 Fórmulas para el bienestar de España (que se regala comprando la novela Escape del autor Sebastián Lorca) pensando en la posibilidad real de llevarlas a cabo, aunque fuera a largo plazo, nunca imaginó que su realización fuera dándose tan rápidamente. Casos de aproximación se están produciendo, por ejemplo en:

El dinero físico apenas si se emplea y camino va que desaparezca por completo.

El despido libre prácticamente está instaurado a través de la Reforma laboral del PP.

Las herencias se muestran poco estables. Muchas se rechazan dada su tributación.

La necesidad de cambiar, modificar o innovar la Constitución es un clamor.                                      

La conveniencia de limitar cargos y mandatos es voceada por numerosas personas de partido. Ni que decir de su financiación y la de sus innumerables mandos públicos.

La renta básica o, mejor, proteger al hombre del infortunio, la miseria, el hambre, los mercados especuladores… se está poniendo de manifiesto y habrá de llevarla a efecto.

Las diferencias de salarios entre los trabajadores de una misma empresa se están regulando

Lejos, sin embargo, se está de acometer medidas sobre la limitación de las rentas (aunque se hable de ello al tratar los sistemas impositivos) y de la creación de una sociedad estable, algo de lo que mucho se alardea y poco se hace. La estabilidad jamás se podrá conseguir si las diferencias sociales (económicas, educativas) se mantienen tan alejadas. El capitalismo, que ya no puede dar los medios de vida al trabajador, habrá de ser menos capitalista regulándose determinadas operativas por las que se deje de considerar dios al dinero, llevándoselo a las llamas del infierno en beneficio de valores humanos tales como: esfuerzo, generosidad, ilusión, creatividad, innovación…, en detrimento de la propaganda, la calumnia, el infundio, la mentira, la manipulación. Buenos propósitos para 2017 en los que estoy dispuesto a colaborar.

domingo, 8 de enero de 2017

¡POBRES FELIGRESES!

Hoy el Partido Popular gobierna España y muchos de nosotros tratamos de darnos una explicación después de haber salido a la luz pública innumerables casos de corrupción individual y organizada relacionados con el mismo. El Partido Popular fue, y puede que continúe siéndolo, el partido más votado. Y me pregunto: ¿cuántos robos, estafas, sobornos, favores, malversaciones de contratos sin nula responsabilidad y engaños necesitan sus votantes para retirarles su confianza? Votar a quien delinque es entender que él también lo puede hacer. No obstante, que nadie merme sus méritos: ganar las elecciones no es fácil. Sin embargo, la estrategia del P.P. ha sido, en primer lugar, negar por norma cualquier asunto turbio destapado. Crear la duda, manifestar que los demás también lo hacen, enfriar el tema y no volver hablar de lo mismo, forma parte de su singularidad. Sólo hasta que el bebé nazca, no aceptarán que  la gestante estuvo embarazada y, para entonces, ¿qué importancia tiene?  Conviene no olvidar (pese a que negarlo se encargan sus voceros) que el Partido Popular es un partido populista prometiendo lo que no cumple y lo que no puede cumplir, pronosticando siempre en su favor, silenciando lo que le perjudica y diciendo a la gente lo que la gente quiere oír. Un partido populista organizado como una sociedad anónima sin que nada se anteponga a los fines que persigue. Y así podemos oír cada mes, cada semana, cada día a sus miembros hablar de forma semejante, sin salirse del guión establecido, respetando la orden de servicio acordada por su junta directiva. Con todo ello y a base de repetir y repetir lo mismo (como si de un mantra o liturgia se tratara) están consiguiendo introducir entre la población idearios políticos por los cuales sin el gobierno del Partido Popular, España iría al caos o salir de una crisis sería imposible. Consolidación, estabilidad, garantía… son algunas de sus palabras fetiches aunque ignoren las relativas a libertad, igualdad, solidaridad, protección…
La gente considera que el Partido Popular es un partido pragmático y con ello se proporciona un plus de confianza respecto a las promesas con las que nos bombardea. Pero cuando sus incumplimientos llegan y son un hecho, ya no ha lugar a rectificación alguna. Sus palabras atractivas para el hombre de la calle se tornaron en acciones engañosas y tratan de enmendarlas confundiéndonos con excusas, malas intenciones y mucha cara. Si a eso añadimos que sus oponentes los imitan no hablando claro, sin pedir perdón y el poder les subyuga de igual manera, la mezcolanza cautiva el voto hacía el P.P. Un P.P. incapaz de condenar el régimen de donde provienen dado que les restaría credibilidad. En definitiva, la estrategia del P.P. consiste en manipular nuestra opinión, la opinión pública, enarbolando la bandera patriótica nacional de la desinformación y el desconocimiento. Algo parecido al régimen anterior de infausta memoria.

Hoy el Estado, formado dirigido por el Partido Popular, está dejando morir de hambre, frío y abandono al desvalido; esquilma a pobres que pasan a ser más pobres y roban sin tapujos a una clase media que va camino de ser atrapada en el pozo de la pobreza y sólo por beneficiar a empresas poderosas, a instituciones y ricos amigos y a herederos que mañana puedan volver a votarlos, dentro del círculo mágico de favorece para ser favorecido.  Nada que ver con la idea que tengo de un poder aislado, sometido al severo control que se ejerce a un delincuente. El Partido Popular gusta de estar en el candelero de la noticia, sabedor que no hay estadísticas indicadoras del número de víctimas y la cantidad de problemas humanos que causan sus políticas, toda vez que ningún miembro importante de su partido está afectado por la crisis, el paro o el hambre. Sus máximos dirigentes sueñan con la mentira qué decir al día siguiente y cómo engañar a unos tontos de baba que, pese a todo, no se cuestionan su voto.